Dice
un cantar de nuestra tierra: Cuando canta la chicharra/ Madre mía qué calor/ Si
a la sombra estoy sudando/ Que será mi amor al sol/ Que a jornal anda segando.
Tiempo
éste de un julio seco y sofocante en extremo, que nos agalbana y nos empuja a
buscar una bebida fresca a la mejor sombra. Con la mejor intención de
contrarrestar el bochorno hoy os mostramos una serie de fotografías tomadas en
mi patio de La Estrella
en diferentes estaciones; un anticipo del contenido de nuestro próximo blog,
que sobre patios y jardines inauguraremos en el próximo otoño, por supuesto sin
abandonar de ningún modo éste que seguís sobre temas de nuestra tierra de La Jara.
Hoy acompañamos las imágenes con un hermoso poema de “Jardines Lejanos” de Juan Ramón Jiménez. Al
final del todo encontrareis un vídeo con la canción “Las promesas de Jano” de
Ethnos Atramo, un dúo investigador de músicas con raíces, que amigablemente nos han
permitido ofreceros.
(poema XXX)
Llueven estrellas de agua
sobre el jardín amarillo;
las hojas tiemblan la luz
de las lunas de estos siglos.
El cielo azul está negro
de tristezas y de fríos,
las flores son de otros árboles,
los pájaros de otros nidos.
Habrá, bajo un cielo claro,
un mágico paraíso
con flores rosas, con dulces
ruiseñores cristalinos...
La luna rosa está sola
naciendo en un abanico,
entre unos sauces de ensueño,
sobre el remanso de un río.
Éstos son árboles yertos,
éstos son nidos vacíos...
¡Nocturnos de primavera!,
¡fuentes, rosas, lunas, lirios!
... El oro triste y con lágrimas,
cuando el agua se ha dormido,
tiembla al paso de la brisa
con un temblor diamantino.
-Las dulces sienes con agua
saben de romanticismos;
un tono de corazones
melancólicos y místicos-.
Entonces el agua cae
sobre los ojos marchitos
y da sueño a las tristezas
y es amor y quita el frío...
Y hasta hace soñar con un
ruiseñor doliente y lírico,
que canta sobre la luna,
en el remanso de un río...
Llueven estrellas de agua
sobre el jardín amarillo;
las hojas tiemblan la luz
de las lunas de estos siglos.
El cielo azul está negro
de tristezas y de fríos,
las flores son de otros árboles,
los pájaros de otros nidos.
Habrá, bajo un cielo claro,
un mágico paraíso
con flores rosas, con dulces
ruiseñores cristalinos...
La luna rosa está sola
naciendo en un abanico,
entre unos sauces de ensueño,
sobre el remanso de un río.
Éstos son árboles yertos,
éstos son nidos vacíos...
¡Nocturnos de primavera!,
¡fuentes, rosas, lunas, lirios!
... El oro triste y con lágrimas,
cuando el agua se ha dormido,
tiembla al paso de la brisa
con un temblor diamantino.
-Las dulces sienes con agua
saben de romanticismos;
un tono de corazones
melancólicos y místicos-.
Entonces el agua cae
sobre los ojos marchitos
y da sueño a las tristezas
y es amor y quita el frío...
Y hasta hace soñar con un
ruiseñor doliente y lírico,
que canta sobre la luna,
en el remanso de un río...
se como me gusta tu patio. es una maravilla para los ojos y muchos recuerdos para mi.
ResponderEliminarbesos de tu prima