ARQUITECTURA POPULAR DE LA COMARCA DE
LA JARA
POZOS Y PILONES
LOS POZOS
Aunque han pasado
muchos años, aún recuerdo a mi padre acompañado de otro vecino del pueblo con
aficiones zahoríes, que valiéndose de unas varillas de olivo en forma de Y, trataban
de encontrar agua. Mi curiosidad infantil no perdía detalle de aquel ritual,
donde el tosco artilugio se tensaba y vibraba por momentos entre las manos del explorador.
Al fin, y tras varias interpretaciones dubitativas se decidió a marcar el punto más
propicio donde excavar el pozo.
Pero no siempre era
necesario recurrir a un zahorí para
localizar agua. Cualquier campesino sabe, que las vaguadas y los terrenos con abundante vegetación de
juncos, zarzas, poleos… son los más
propicios para ello.
Las formas de
construcción de los pozos de La Jara (aquí nos referimos a su forma exterior)
son muy variadas, como se comprobará si se observan las fotografías que
acompañan este texto. La pizarra, la cuarcita y la piedra arenisca son los
materiales, según la zona, tradicionalmente más empleados, aunque también
podemos encontrar algunos pozos construidos en ladrillo. Un simple lanchón
encajado entre paredes de piedra sirve en la mayoría de los casos como brocal.
A ras del suelo y
desprovistos de brocal encontramos los
más elementales; los más elaborados, cubiertos con bovedilla de pizarra y tierra
apisonada y provistos de una portezuela sobre el brocal. A veces, en el interior de
los segundos se puede hallar una estaca clavada en la pared, donde colgar el
cubo.
Paredes de pizarra y
formas cilíndrica, cuadrada o irregular venían a armar la cavidad interior del
pozo, aunque también era frecuente concluirlos, sin más, cortados en la roca o la peña
viva.
En los pueblos donde
florece la peña era habitual que, al construir una casa se comenzara por el
pozo, con el fin de aprovechar la pizarra extraída para levantar las paredes. Dependiendo
del interés del propietario, el pozo se excavaba en el corral o en el patio, e
incluso, en la cocina interior de la vivienda. En los pozos domésticos era común
aprovechar las aguas de lluvia conduciéndolas al pozo a través de un
canalillo.
LOS PILONES
En cada pueblo es
habitual encontrar uno o más de aquellos
viejos pilones comunitarios utilizados para el abrevaje del ganado. Construidos en piedra de granito tallada tenemos magníficos ejemplos. Especial mención merecen
los pilones de Aldeanueva de Barbarroya.
Cuando a los pozos se
les añadía una o más pilas, se hacía con
la finalidad de que pudieran servir para que abrevara el ganado. Incluso, algunas de esas pilas con forma de lavadero
tenían esa función, como podremos comprobar en nuestro próximo reportaje sobre lavaderos y fuentes de La
Jara.