Idilio de Abril
(Capítulo 29- Platero y yo. J.R. Jiménez)
Los
niños han ido con Platero al arroyo de los chopos, y ahora lo traen trotando,
entre juegos sin razón y risas desproporcionadas, todo cargado de flores
amarillas. Allá abajo les ha llovido —aquella nube fugaz que veló el prado
verde con sus hilos de oro y plata, en los que tembló, como en una lira de
llanto, el arco iris—. Y sobre la empapada lana del asnucho, las campanillas
mojadas gotean todavía.
¡Tarde equívoca de abril!... Los ojos brillantes y vivos de Platero
copian toda la hora de sol y lluvia, en cuyo ocaso, sobre el campo de San Juan,
se ve llover, deshilachada, otra nube rosa.
gracias por haber puesto la foto con mi padre y mis tios....
ResponderEliminarpuedes dirme si las otras fotos son familiares.
besos