viernes, 21 de diciembre de 2018

Felix de Lucas Alcojor, un pintor de La Jara



FELIX DE LUCAS ALCOJOR, UN PINTOR DE LA JARA

Hacía bastante tiempo que no me encontraba con mi amigo el pintor  Félix de Lucas, pero esa distancia temporal, que no afectiva, la rompimos el pasado agosto en la  exposición homenaje que le ofreció  el Ayuntamiento de Belvís de La Jara.

Félix de Lucas Alcojor, Nació en Talavera de La Reina el 21 de Diciembre de 1932, y aunque este reportaje estaba programado para otra fecha,  decidí que coincidiera con este día,  en  que nuestro pintor cumple 86 años. Sirva pues la ocasión, además de, para daros a conocer su pintura por este medio, para manifestar mi admiración  y cariño por la persona y por el artista.

Conservo un recuerdo muy especial de la visita que un día me hicieran  Félix y el poeta Heliodoro Pinero (Belvís de La Jara 1938-2017) en mi casa de La Estrella. De aquel amigable encuentro guardo un libro que me dedicara el poeta “El habla de La Jara en un centenar de sonetos” y cuya portada ilustraba una acuarela de Félix.

La afición de Félix por la pintura fue temprana, como demuestra el primoroso dibujo colgado en la exposición de Belvís y donde aparecen una vaca y un cerdo, que pintara con 11 años, la misma edad en que tras unas pruebas fuera admitido en el taller de cerámica de Ruiz de Luna, aunque al final optara por el oficio de delineante, profesión que  llegaría a ejercer hasta su jubilación en el Ministerio de Agricultura. Y es precisamente en sus pinturas donde se aprecia la influencia de su oficio, patente en un especial dominio del dibujo y la perspectiva. El Pintor elige con preferencia los paisajes y la arquitectura popular de la comarca de La Jara. A este respecto y con motivo de una exposición que La Caja de Castilla-La Mancha le dedicara en 2004  nuestro pintor hace estas  declaraciones en La Tribuna de Talavera, “Los ambientes rurales de La Jara, son ambientes que se están perdiendo y pretendo  reflejar ese abandono” y “Los gatos son los últimos en abandonar estos lugares, de ahí  su presencia en algunas de mis pinturas”.

El día de la inauguración de su exposición en Belvís de La Jara pude comprobar la admiración y el cariño que despierta entre sus paisanos, emociones que tuve el placer de compartir con ellos.

































































jueves, 15 de noviembre de 2018

La Ciudad de Vascos




LA CIUDAD DE VASCOS – Raúl Paniagua Díaz 
(Artículo extraído de "Cuadernos de La Jara").



En este artículo nos acercamos al yacimiento de Vascos, una ciudad hispanomusulmana ocupada durante los siglos IX y XII d. C, y declarada monumento histórico-artístico en 1932. Está ubicada en la parte occidental de la actual provincia de Toledo, en el término municipal de Navalmoralejo; donde se encuentra en la actualidad el “Centro de Interpretación” con vídeos, paneles explicativos y exposición de piezas obtenidas en los trabajos de excavación.

 Conocido por los habitantes de las poblaciones cercanas, había sido utilizado desde finales de la Edad Media y durante la Edad Moderna como lugar de pastoreo y de realización de actividades agrícolas. De esta forma, los restos musulmanes sufrieron determinadas alteraciones que dificultaban su identificación. En este contexto comenzaron en 1975 las excavaciones arqueológicas, financiadas desde los años ochenta por la Consejería de Educación y Ciencia, y dirigidas por el Catedrático de la Universidad de Castilla- La Mancha Ricardo Izquierdo Benito.

El nombre de la ciudad en época musulmana ha sido muy discutido. Hoy parece claro que fue Nafza (ocupada por la tribu del mismo nombre), perteneciente a Basak, uno de los tres distritos territoriales de Talabira (Talavera de la Reina). Al abandonarse, fue el nombre del territorio el que se mantuvo en la tradición, identificándose finalmente con la ciudad y derivando en el término actual “Vascos”. La ciudad estaba ubicada en una zona apartada, de difícil acceso y rodeada por el río Huso. Fue fundada en torno a finales del siglo IX d. C, con el objetivo de control del territorio.

En aquel contexto histórico de Guerras Civiles dentro de Al-Andalus, conocido como la “Primera Fitna”, muchas zonas rurales como esta (ocupadas por beréberes) se fortificaron. En Vascos, parece que lo que primero que se construyó fue un pequeño fortín militar dependiendo del poder omeya de estirpe árabe que residía en Córdoba, la capital del Emirato. Reciben nombres como husun o hisn dependiendo de su importancia. Posteriormente se convirtió en Alcazaba cuando el asentamiento se amplió, construyéndose toda la ciudad, acto que implica un nuevo estatuto político y jurídico, con necesidad de que gente nómada de la zona o emigrantes, se instalasen allí y adoptasen la forma de vida urbana. Posiblemente esto ocurrió en Vascos durante los gobiernos del primer califa de Al-Andalus, Abd al-Rahmán III o su hijo Al-Hakam II (entre los años 930 y 960 d. C). Durante el periodo siguiente de las Taifas, durante el siglo XI, Vascos perteneció al reino de Toledo, en la frontera con su enemigo reino de Badajoz. Y con ese clima de enfrentamientos, que se incrementó con la presión cristina por el Norte, su papel militar se incrementó. Finalmente, el centro pasó al poder castellano-leonés en las mismas fechas (1085 d. C) en que el Rey toledano Al-Quadir pactaba con Alfonso VI la capitulación y entrega de todos sus territorios. En consecuencia, la población musulmana debió evacuar la zona con todas las pertenencias que pudieron transportar.

Vamos a ver a continuación las distintas zonas en que se dividía la ciudad de Vascos, partiendo de sus dos partes principales. La de la ciudad propiamente dicha, que estaba dentro de las murallas, la Madina (“ciudad” en árabe), en cuyo interior se encontraba la principal construcción, la Alcazaba, llamada después por los cristianos “Alcazar”, y la ciudad que se extendía fuera de las murallas ; aunque todavía casi sin excavar, y siempre mal conocida por sus restos más modestos y peor conservados.

La Madina de Vascos ocupaba en total unas 8 Ha. Estaba delimitada por una muralla construida en piedra y tapial, adaptada a la irregular orografía del terreno, y coronada por torreones cuadrangulares. Tenía una orientación Norte-Sur, flanqueada por cuatro puertas (dos conservadas, la Sur y la Oeste) y cuatro pequeños “portillos” o pequeñas aberturas en el lienzo de muralla para funciones de evacuación de basuras y agua de lluvia, y no demasiado visibles al exterior. Por su variada forma constructiva, parece claro que la muralla se realizó en poco tiempo, por cuadrillas distintas que trabajaban a la vez. Dentro de esta Madina se encontraba la Alcazaba, el centro del poder político-militar, en la zona más alta del lugar, en el extremo noroeste de la ciudad, junto al río Huso. Fue remodelada y ampliada varias veces (todavía se distinguen los recintos diferenciados en su interior); especialmente durante los últimos decenios de ocupación islámica, cuando fueron construidos muchos pequeños recintos para el alojamiento de tropas militares. También en esos momentos finales fue cuando se construyó dentro de la Alcazaba la Mezquita “mayor”.

Con la conquista cristiana, la Alcazaba siguió ocupada como torre de vigilancia por una pequeña tropa castellana, que además utilizó el lugar de la Mezquita como iglesia y lugar de enterramientos. El resto de la ciudad ya estaba desierta, y el abandono definitivo y total debió producirse antes de terminado el siglo XII. Sin embargo, la Alcazaba desde sus inicios tuvo características de fortificación dentro de la propia ciudad: tenía una muralla defendida por torreones, barbacana (antemuralla de seguridad) y entrada con doble puerta a través de un estrecho pasillo en pendiente ascendente. Unas impresionantes medidas de seguridad frente a la propia población. Además, es la única zona del yacimiento que se piensa que estuvo habitada en época romana y visigoda por alguna especie de lugar de culto (Santuario/ Ermita), e incluso antes, ya que han aparecido restos de un pequeño poblado de la Edad del Bronce bajo las construcciones islámicas.

Fuera de la Alcazaba y dentro de la Madina, estaban las diferentes viviendas, de diferente calidad: las más lujosas habrían dispuesto de más de siete u ocho habitaciones con suelo de pizarra, en torno a un patio central (la mayoría eran mucho más modestas). Los materiales encontrados en las excavaciones prueban la presencia de corrales de animales pequeños dentro de las casas, y la probable existencia de “barrios” especializados: tiendas en unas zonas, manufacturas (incluido metal) en otras. También existió otra Mezquita, “menor” que la anterior, pero construida al principio de la existencia de la ciudad; situada en un barrio cercano al Cerro de la Alcazaba. Como toda ciudad musulmana, el trazado de las calles (cuyo suelo es la misma roca del lugar, a veces trabajada) era irregular, aquí todavía más por los desniveles del terreno. Aun así, había una calle principal empedrada que seguramente iba desde la Alcazaba en dirección a la Puerta Sur.

Al no haberse destruido la ciudad, ni haberse abandonado de forma brusca, la mayoría de objetos de valor fueron transportados por sus propietarios. Aun así se ha documentado mucho material cerámico, diferente según la función de cocinar, almacenar, transportar, o conservar, además de objetos con funciones lúdicas (de piedra o ladrillo), como las famosas fichas de juego, o los alquerques (las tres en raya). También objetos metálicos, como clavos y candados, adornos (en hierro); y pulseras, alfileres, y objetos cosméticos (bronce). Incluidos utensilios agrícolas, como piezas de telar, tijeras, hoces, agujas, punteros,... y algunas pequeñas monedas (de bronce), con su leyenda en árabe. Pero sobre todo, restos de material de construcción, como ladrillo o tejas (encima de los restos de las casas derrumbadas).

Fuera de las murallas se extendían los Arrabales, en los que, como en cualquier ciudad hispanomusulmana, se localizaban ciertas actividades económicas y comerciales (el Zoco). También en esta zona se situaban los Cementerios. Vascos tuvo dos: el más importante pero muy mal conservado al Sur de la ciudad, y otro al Oeste. Los enterramientos eran simples fosas de medio metro de profundidad, y ni siquiera todas estaban señaladas al exterior con cipos de piedras. Por supuesto, los cadáveres se colocaban siguiendo el ritual islámico: de costado sobre su hombro derecho, los brazos a lo largo del cuerpo, las piernas dobladas, y mirando al Sur o Sureste. En Vascos, en los Arrabales de la zona Noroeste, junto a una de las Puertas de salida de la ciudad, se sabe que estaban las tenerías, para curtir pieles y cueros; y no muy lejos la zona de lagares.

La cercanía del conocido como “Arroyo de la Mora” (que desemboca en el vecino río Huso), y que rodeaba la ciudad por el Norte, localizó aquí todas las actividades relacionadas con la necesidad de agua. Para ello se construyeron pequeñas presas con las que formar albercas: algunas han sido localizadas. Aquí estuvieron también los Baños Públicos. Este lugar (Hamman) además de social e higiénico, era religioso, relacionado con la purificación imprescindible que un musulmán debía tener para realizar los rezos en la Mezquita. Las excavaciones han terminado por descubrir unas estructuras que combinan piedra, adobe, y lajas de pizarra de la zona; y en las que se localizan las distintas zonas de vestuario, baño frío, templado y caliente. 

Estos son las principales zonas de la ciudad hispanomusulmana de Vascos. Si le ha gustado y desea saber más, y sobre todo ver más, visite el Yacimiento y su Centro de Interpretación, en Navalmoralejo (Toledo).


PARA SABER MÁS:
 • Ricardo IZQUIERDO BENITO, “Aspectos de la vida cotidiana en la ciudad hispanomusulmana de Vascos a través de los hallazgos arqueológicos”, Revista Toletum, 36, 1998. Páginas 191-206.
 • Ricardo IZQUIERDO BENITO, “Vascos. La vida cotidiana en una ciudad fronteriza de Al-Andalus, Toledo, Junta Comunidades Castilla- La Mancha, 1999.
• Ricardo IZQUIERDO BENITO, “La Ciudad Hispanomusulmana de Vascos. Navalmoralejo (Toledo)”, Diputación de Toledo, 2000.


 Entrada principal -exterior- 

Entrada principal -interior-

 Detalle excavaciones

Detalle excavaciones

 Detalle excavaciones

  Detalle de la muralla

  Detalle de la muralla




 Detalle de la muralla

 Entre almendros

Vista alcazaba

 Alcazaba

Entrada alcazaba

 Inscripción en la alcazaba

 Restos de la mezquita

Restos de la mezquita

 Basa en la mezquita

Aljibe de la Alcazaba

 Detalle torre de la alcazaba

 Muela

Detalle empedrado con muelas

 Vista hacia el Huso

 Portillo de los baños

Baños




 Vista Muralla con las sierras Ancha y Buha