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martes, 19 de mayo de 2015

Alcaudete de La Jara




ALCAUDETE DE LA JARA
Fuente informativa: La Villa de Alcaudete de La Jara  de D. Fernando Jiménez de Gregorio.

La jurisdicción municipal de Alcaudete ofrece un perfil semejante a América del Sur. La zona serrana ocupa la parte meridional y angosta, adquiere mayor desarrollo en el centro y norte, cubierto de llanuras alomadas y vegas.

La cuenca del Jébalo medio ocupa el territorio, dando lugar a un valle profundo, tajado en las duras pizarras, después se abre a fertilísimas vegas en donde proliferan las famosas huertas alcaudetanas y las alamedas en donde crecen los fresnos y los yerbazales de sus prados.
Es en buena parte, próvida tierra cereal, al que siguen en importancia, sus hortalizas, el olivar y el ganado.

Tierra esta donde dejó huella la cultura neolítica como atestiguan los gravados y pinturas del Martinete. Posteriormente conocida por los iberos como testimonian las necrópolis de los Villarejos y por los pastores celtas como evidencia el verraco de El Cortijo. Dejan huella de su presencia también, romanos, visigodos y árabes. Sirvan como testimonio de la presencia  islámica, Rozas Viejas y  las torres del Cura y de la Casa de la Torre. Es precisamente de este periodo de dominación islámica de la que conservamos el topónimo Alcaudete.
Tras los árabes llegan las órdenes militares de Calatrava y San Juan.

LA IGLESIA.
A comienzos del siglo XV se documenta la iglesia, aunque sin duda es más antigua. Al primitivo templo, del que tenemos escasas noticias le sucederá el mandado construir por Dr. Juan de Algarra en los inicios del siglo XVI en estilo gótico, con algunos detalles renacentistas.
La iglesia resulta una construcción solemne y grandiosa, sin duda la mejor y más importante de la comarca de La Jara.

En el siglo XVIII Alcaudete es ya un núcleo de población consolidado, que camina siguiendo la orientación de los arzobispos toledanos y la línea administrativa de Talavera, a cuya jurisdicción pertenece.
En 1911 cambia su estatuto de lugar por el de villa, prosigue su andadura en el medio rural, viviendo de los frutos de la tierra y de los rebaños.
    


























































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