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sábado, 4 de enero de 2014

La Estrella de La Jara: El Olivar

                         


                                 



Oda al Aceite por Pablo Neruda

Cerca del rumoroso
Cereal, de las olas
Del viento en las avenas
El olivo
De volumen plateado
Severo en su linaje
En su torcido
Corazón terrestre:
Las Gráciles
Olivas
Pulidas
Por los dedos
Que hicieron
La paloma
Y el caracol
Marino:
Verdes,
Innumerables,
Purísimas
Pezones
De la naturaleza,
Y allí
En
Los secos
Olivares
Donde
Tan solo
Cielo azul con cigarras
Y tierra dura
Existen
Allí
El prodigio
La cápsula
Perfecta
De la oliva
Llenando
Con sus constelaciones el follaje
Más tarde
Las vasijas,
El milagro,
El aceite.
Yo amo
Las patrias del aceite
Los olivares
De Chaeabuco, en Chile
En la mañana
Las plumas de platino
Forestales
Contra las arrugadas
Cordilleras.
En Anacapri, arriba,
Sobre la luz tirrena
La desesperación de los olivos
Y en la mapa de Europa
España
Cesta negra de aceitunas
Espolvoreada por los azahares
Como por una ráfaga marina
Aceite
Recóndita y suprema
Condición de la olla
Pedestal de perdices
Llave celeste de la mayonesa
Suave y sabroso
Sobre las lechugas
Y sobrenatural en el infierno
De los arzobispales pejerreyes
Nuestro coro
Con
Intima

Suavidad poderosa
Cantas:
Eres idioma
Castellano
Hay sílabas de aceite
Hay palabras
Útiles y olorosas
Como tu fragante material.
No solo canta el vino
También canta el aceite
Vive en nosotros con su luz madura
Y entre los bienes de la tierra
Aparto
Aceite,
Tu inagotable paz, tu esencia verde
Tu colmado tesoro que desciende
Desde los manantiales del olivo.


                     
Refranes:

Aceite y aceituna, a veces mucha, otras ninguna.

Agua y luna, tiempo de aceitunas.

Ni gato en palomar, ni cabra en olivar.

Para ser Extra Virgen: del olivo a la prensa y de la prensa a la despensa.



Acertijos: El Aceite

De verde me volví negra y me molieron con tino, hasta que al final del todo, de mi hicieron oro fino.

En verdes ramas nací, en molino me estrujaron, en un pozo me metí, y del pozo me sacaron a la cocina a freír.

Nació dentro de olivares, nació en todo su verdor, gruñe mucho con calor, si se envicia da pesares y mancilla a su señor.

Yo frío, yo tuesto y en la cocina tengo mi puesto. 

Yo señor de la cocina soy, y hasta en las ensaladas voy. 





Blanco fue mi nacimiento, después de verde vestí, y ahora que estoy de luto hacen aprecio de mí. 

De blanco nací, de verde me vestí, de luto me cubrí; para dar luz al mundo mil tormentos padecí. 

Blanco fue mi nacimiento, verde fue mi mocedad y ahora me visten de negro para llevarme a enterrar.

Negra por dentro, negra por fuera, es mi corazón negra madera. 

Si al fuego estoy y con agua me salpicas yo te diré quien soy con milanesa y papas fritas.

Tengo esférica figura y a veces prolongada, mi amargor la industria cura y cualquier persona honrada me compra, busca y procura.

Verde fue mi nacimiento y de luto me vestí; los palos me atormentaron y oro fino me volví. 

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