Existe una Jara vivida desde el terruño, íntima y personal que intentamos reflejar aquí, con miradas a sus arquitecturas, paisajes y paisanajes, costumbres y tradiciones, sin olvidar La Jara actual. Solo nos anima el deseo de defender nuestra cultura rural frente al empuje de lo urbano y a reclamar nuestro derecho al progreso frente a la desidia de la clase política.
(Texto
extraído de Cuadernos de La
Jara-Francisco López de Castro)
La Nava es uno de los principales nudos de comunicaciones de
nuestra comarca. Ya en época hispanorromana era atravesada por una calzada que
enlazaba la Carpetania
y la Lusitania. En
aquella época se llamó Noliba, como atestiguan algunas y lápidas romanas (con
los nombres de Aiosecus y Festiva, primeros naveros conocidos) encontradas al
hacer la carretera a finales del XIX. No quedan testimonios arqueológicos de la
época visigoda ni del dominio árabe, pero los mozárabes llegados de Córdoba,
Sevilla y Toledo volvieron a habitarla y la denominaron Setfilla hasta que fue
de nuevo abandonada.
La
segunda y definitiva repoblación llegó desde el Alfoz de Talavera en el siglo
XV. El Rincón Malillo dio origen a La
Nava, esto es un lugar alto situado entre montes más elevados
(como el cerro Mogorro en cuya falda se ubica el pueblo). En 1578 La Nava aparece como una aldea
de Sevilleja que cuenta con 50 habitantes.
Por
aquella época aparecen referencias a la mina de oro de Sierra Jaeña1 , conocida
como La Oriental,
próxima a los linderos de Buenasbodas y Belvís, que probablemente fuera ya
explotada por romanos y visigodos y luego en el XVI, desgraciadamente con
escasos resultados.
El
nombre de La Nava
de Ricomalillo aparece por primera vez en 1778 en el mapa de Tomás López y
Vargas Machuca. En 1787, tras un proceso no exento de ciertos problemas, Carlos
III concede la segregación e independencia de Sevilleja. La Nava cuenta por entonces con
unos 300 habitantes y su primer alcalde fue Damián Fernández Carretero.
El
pueblo va creciendo lentamente, dedicado a la agricultura (fundamentalmente
cereal y olivos), a la molienda y a las colmenas, hasta alcanzar casi 1.700
habitantes en 1960, fecha en la que comienza la emigración y el declive
poblacional que sufrió nuestra comarca.
LA IGLESIA
Como
la mayoría de los pueblos de La
Jara, La Nava
no tiene grandes monumentos, pero sí una iglesia de ajetreada historia.
Según
cuenta Fernando Jiménez de Gregorio, su origen debió ser una capilla ubicada en
la calle o plazuela que lleva ese nombre. En el año 1609 se levantó una ermita,
dedicada a Nuestra Señora de los Remedios, que pasa a ser iglesia, con pila
bautismal, en 1710. Con la segregación de Sevilleja, el pueblo desea una
iglesia mayor, con una torre, para dar prestigio al vecindario; además, por
aquel entonces los vecinos de Buenasbodas acudían a ella también.
Las
obras, realizadas por maestros de la comarca, comienzan en 1798 y finalizan en
1801. Se trataba de una iglesia de proporciones modestas, planta de salón con
un arco toral que separa el presbiterio de la única nave; una sola puerta se
abre al oeste bajo el campanario, amparada por un tejadillo sostenido por un
armazón de madera de tipo mudéjar.
La
iglesia fue incendiada, junto al archivo parroquial, en septiembre de 1936,
siendo reconstruida en 1944. En 1984, dado el estado ruinoso en que se
encuentra la iglesia, el pueblo (o las anteriores autoridades civiles y
eclesiásticas a decir de algunos) decide demolerla y construir una nueva. La
iglesia actual, acabada en 1987, cuenta con unas hermosas vidrieras
policromadas.
Existe
en la Nava la
tradición de subir las banderas a los
Mogorros el Domingo de Resurrección, para proteger al pueblo de las tormentas,
ya que según cuentan hubo una muy grande que arrastró algunos cadáveres del
cementerio.
Para conocer más: Fernando Jiménez de Gregorio. La Nava de Ricomalillo. Un
pueblo de la jara toledana. La
Nava de Ricomalillo: Asociación de Amigos Unidos por la Nava, 1982. Fernando Jiménez
de Gregorio. La Nava
de Ricomalillo. De la ermita y la iglesia viejas al nuevo templo. La Nava de Ricomalillo: Excmo
Ayuntamiento de la Nava
de Ricomalillo, 1987. Agradecimientos: A Jaime Castro, Daniel García, Pedro
Muñoz y el padre Santos, por ayudarnos a realizar este artículo.
Hoy os vamos a dejar este bellísimo Fandango de Ciudad Real. Corte perteneciente al conjunto de grabaciones realizadas por el NO-DO entre 1956 y 1976.