martes, 29 de julio de 2014

Bodas en La Jara I

La Estrella. Año 1945



BODAS EN LA JARA- La Estrella de La Jara.
                                             María Martín “La Roca

Hasta los años 60 y tantos, yo recuerdo que las bodas duraban hasta cuatro días. El primer día  se mataba una cabra o un carnero y se reunía toda la familia para los preparativos de la boda y ya comíamos juntos.

Mujeres y hombres preparaban la carne y las calderas donde se guisaba. Se avisaba a las guisanderas del pueblo dedicadas a esos menesteres. Recuerdo dos nombres, tía Jacinta “La Perrunillera” y tía Catalinilla.
Ese día, la comida consistía en un guisado con los despojos del animal sacrificado acompañado de patatas y arroz. La comida se acompañaba con cantares, se contaban chascarrillos y se bebía vino, a veces acompañado con gaseosa “El Rubío”.

El segundo día se comenzaba recogiendo los cacharros de casa en casa, pues para tantos invitados como es lógico no había bastantes en la familia. Así pues, las más jóvenes con canastas de mimbre recavábamos platos, cubiertos, vasos, fuentes, bandejas, y las tazas de chocolate, llamadas también jícaras, que al ser tan pequeñas se tomaban diez o doce de una sentada. Cada casa tenía su propia señal para distinguir sus cacharros de los otros.

El día de la boda el churrero se presentaba muy temprano en casa de los padres del novio para preparar los churros por que era donde se celebraba la boda.

Los padres de los novios casi nunca iban a misa por que se quedaban a organizar todo lo que se les avecinaba. En primer lugar el padrino acudía a casa del novio y se encontraba con toda la familia, por que los padrinos siempre representaban a la parte del novio.

Posteriormente se iba a buscar a la novia a su casa y desde allí partía la comitiva hacia la iglesia. Terminada la ceremonia se cantaban cantares camino del convite. Los padres salían a recibir a los novios, y sobre todo las madres echaban alguna lagrimita, pienso yo que no por que perdieran una hija, sino porque se les arrimaba una boca más a la mesa.

Se desayunaba churros o bizcochos con chocolate y después seguía la celebración en el baile hasta la hora de la comida. Tras la comida, unos se echaban la siesta y otros seguían la fiesta con guitarras y cantares, pero a los novios no se les dejaba solos para evitar que se acostasen antes de que llegara la noche.

Por la tarde se “bailaba el ramo” en alguna plazoleta. Los guitarreros tocaban y los invitados sacaban a bailar al novio o a la novia a cambio del “ramo” (dinero), pero al final, en plan de broma también se bailaba con ellos a cambio de patatas, tomates, pimientos, y hasta de higos chumbos.

Tras la cena, ya muy tarde, los novios se iban a acostar; luego se les echaba la ronda y por la mañana temprano las madres les llevaban chocolate a la cama preguntándoles que tal habían pasado la noche. Ya se pueden imaginar la gracia que les haría dicha visita y en tales momentos.

Terminada la boda se recogía todo y si era verano el novio se marchaba a segar o trillar y la mujer a hacer las tareas de la casa o a lavar al río, por que en aquella época por estos pueblos era impensable la luna de miel.

Pero como ya es hora de que termine, remato: Colorín colorado, estas bodas en mi pueblo se terminaron.  


Alcaudete. 1915

Alcaudete. 1928

La Estrella. 1939

Novios años 20

Boda años 40

La Estrella. 1946

La Estrella. 1948

Aldeanovita. 1951

Aldeanovita. 1957

Alcaudete. 1957

Aldeanovita. 1957

Músicos de boda. 1958

Comensales de la boda. Años 60

Boda años 60. La Estrella

Boda años 60. La Estrella

Boda años 60. La Estrella

Boda años 60. Navalmoralejo

Boda con familia. La Estrella, años 60

Boda con familia. La Estrella, años 60

Boda con familia. Aldeanovita, años 60

Boda con familia. Aldeanovita, años 60


Aquí os dejamos un canto de bodas de Agapito Marazuela- Segovia.:

lunes, 21 de julio de 2014

La Cosecha III





Hace años y con las  tradicionales técnicas, la cosecha en La Jara se terminaba entre los meses de julio y agosto. Actualmente, con modernas máquinas y mucha menor extensión de tierra cultivada esas labores se reducen a unos pocos días. Hemos querido reflejar en las diferentes entradas de “La Cosecha” ese salto tan brusco que va de las seculares yuntas de bueyes, el arado romano, la hoz o el trillo a las cosechadoras del siglo XXI.

En las fotografías que siguen buscamos también  mostraros la belleza de nuestro paisaje. Paisajes en plena recolección, paisajes con rastrojeras y pacas recientes o simples campos abandonados donde impera la avena y los matojos, campos también,  que exhiben  los oxidados despojos de una batalla que se libra en nombre de un hipotético  progreso, que no ha logrado saturar la sangrante herida de la despoblación.

Como cada pueblo culminaba la cosecha con la celebración festiva, hemos querido rematar nuestro trabajo con un vídeo de música popular que encontraréis  tras las fotos.

Trigal en primavera

Espigas

Heno

Camino

Avenas y encinas

Siega de heno

La cosechadora

Campos segados

La cosechadora

                               Pacas de cebada:






Rastrojos con era al fondo

Duchas de heno

Paisaje con avenas

Campos con heno segado

Paisaje con espigas y pacas

                                Rastrojos y pacas:



Cargando pacas

Transporte de pacas

Atardecer de verano

Postura de sol